Actualmente, estamos asistiendo a un proceso de liberación a la hora de escoger los elementos que componen nuestra vestimenta para
asistir a eventos de carácter social, especialmente, en el caso de las
mujeres, lo que nos permite transmitir a los demás lo que somos a través
de nuestra forma de vestir. Es lo que yo vengo denominando "uniformidad flexible" o, lo que viene a ser lo mismo, el "no" miedo a experimentar.
Si recordáis, el otro día os narraba la crónica de la boda de mis amigos Julia y Carlos. Pues bien, hoy quiero mostraros mi estilismo.
Si recordáis, el otro día os narraba la crónica de la boda de mis amigos Julia y Carlos. Pues bien, hoy quiero mostraros mi estilismo.
Las prendas que lucimos expresan los pensamientos, deseos y aspiraciones que tenemos y son un claro reflejo de la personalidad de cada uno. Muchas de nosotras, encontramos en la vestimenta una práctica forma de manifestarnos. Así es que, prestando especial atención a mi gusto personal, resultado éste de un montón de influencias que provienen de la historia del arte y de disciplinas creativas como la moda, la fotografía, la música, el cine, la pintura, la decoración y el interiorismo y, por supuesto, los países y sus culturas... me engalané de forma característica, trasmitiendo mi estilo particular, siempre con naturalidad y confianza. Espero que el resto no lo considere como una grave ofensa al estilismo, a la elegancia y al saber estar... pero, en mi humilde opinión, atreverse es imprescindible para obtener buenos resultados, aunque ello entrañe un grave riesgo; riesgo que yo siempre estoy dispuesta a asumir para reforzar mi estilo personal y convertirme en una persona especial a la hora de vestir; alguien que disfruta de lo divertida que puede llegar a ser la moda. Para ello es necesario desmarcarse mínimamente (o máximamente) con detalles que ayudan a encontrar ese contraste entre piezas que diga lo mejor de nosotras y cuadre con nuestra personalidad. Y es que, cuando veo lo uniformadas que van algunas a mi alrededor, me doy cuenta de la falta de valentía ante la moda que hay actualmente.
Quería mostrar un planteamiento singular en lo que a
indumentaria se refiere e innovar, aportando mi toque personal, lo que me llevó a incumplir de forma
generalizada los cánones recomedados para la etiqueta que siguen todos
aquellos que no se dedican a ocupaciones tan particulares como la mía.
Elegí un peculiar vestido en dos tonos, para vestir tanto al aire libre como en un sitio cerrado, de día y de noche, con incrustaciones de pedrería, una lazada gigante y algún que otro detalle de brillo, como son las lentejuelas. Un lujoso y atrevido diseño, de lo más original.
Como vestido y complemento constituyen un nexo indisociable, aportando conjunción y armonía a la imagen que mostramos, opté por unas sofisticadas sandalias de tacón alto y fino y suela delgada, elegantes y de calidad, combinadas con un bolso vintage de mano, con pedrería, muy chic. Un pequeño tesoro familiar, con más de 50 años de historia a sus espaldas, que se remonta a los años 60, época en la que mi madre había sido Reina de las Fiestas en León.
Un tocado de tamaño razonable, fácil de llevar, muy coqueto, atrevido, alternativo y desenfadado. Hecho a mano, de forma artesanal, por Gemma Arnal de Laliblue, a quien le agradezco su ternura y dedicación.
Por mi estructura ósea y mis rasgos marcados, así como por mis ojos grandes, me encontré más favorecida con el pelo suelto.
La espalda, cubierta con un chal, confeccionado en un tejido ligero,
cuyo cometido, además de para protegerme del frío, tenía un alto componente estético como adorno del traje y el bolso. La clave para su
utilización, lucirlo sin dobleces.
Los complementos, joyas y alta bisutería
de calidad, jugaban un papel fundamental, completando y realzando el
vestuario. En mi
elección, primó la moderación.
El maquillaje, sofisticado, aportando
glamour, creatividad y estilo a mi aspecto, destacando mis puntos
fuertes. Las sombras de ojos, combinadas con los complementos de mi
vestuario (sandalias, bolso, tocado y chal), en plata, metalizado, plomo y gris claro, formando un conjunto armonioso y delicado con la vestimenta
elegida.
En definitiva, mi pretensión era la de crear un look romántico, muy femenino y que desplegase un toque sensual, lleno de fantasía a la vez, que invitase a soñar y mi lema: "OPEN YOUR MIND" (abre tu mente para que todo entre y no permitas que los prejuicios te lo impidan).
En primer lugar, y aunque no te conozco, sí creo que este estilismo me parece que refleja tu personalidad. No se te ve disfrazada con él y desde luego estas guapísima, porque lo eres.
ResponderEliminarDe todos modos, y aunque no me gusta utilizar anglicismos en mis expresiones, debo decir que este estilismo me ha parecido "too much". Vamos "demasiado pal body".
No es que no me parezca feo, es que simplemente me parece un poco "noche de fiesta" para este evento en particular.
Ibas espectacular Mery!!!!!! Bueno nada te queda mal!!!
ResponderEliminar¡¡¡Gracias!!!
Eliminarmadre mia pues a mi el vestido me parece precioso!
ResponderEliminarMe alegro muuuucho. Gracias.
EliminarQue te puedo decir Mery, yo que te vi en persona estabas guapisima
ResponderEliminarTú sí que estabas guapa. Un beso y gracias por participar aportando un comentario. Muaka.
Eliminarsiempre guapa
ResponderEliminarA ver, yo fui una de las que critiqué el color blanco del modelo, y sigo haciéndolo, pero en ningún caso, una crítica hacia el vestido que es precioso, ni el estilismo porque tu ibas muy guapa por supuesto. Pero sigo defendiendo lo del color. Si hubiera sido otro tipo de evento, estarías espectacular.
ResponderEliminarPues a mi me encanta, y la verdad el vestido no era blanco entero, destacaba el plata, es corto, con lo que no tiene por que hacer menos al blanco de la novia, supongo que de ahí vienen las críticas.Estabas muy guapa María y sobre todo muy en tu estilo que es lo importante.
ResponderEliminarBesos.
Vane
Claro, yo es que cuando lo vi en la tienda, me destacó más por lo plateado que por lo blanco... pero luego me empezaron a decir que predominaba mucho el blanco y me asusté... Desde luego, la novia iba guapísima y se llevó todo el protagonismo que se merecía.
EliminarGuapaaa estas guapa te pongas lo que te pongas, me alegro de que eligieses el tocado de la mariposa ;) muchos besitos
ResponderEliminarwww.caprichosdearmario.com
Sí, finalmente, me arriesgué con el de la mariposa, porque era el que realmente más me gustaba y el que me hacía ilusión llevar. Además, en el sondeo general que hice, ganó por votación... Je, je, je.
EliminarHola, eres muy elegante.
ResponderEliminarEres muy linda
ResponderEliminarPienso q tenemos facciones similares y al igual q tu, me gusta mas llevar el pelo sielto, porq suaviza mis rasgos. Lo unico q tu eres mas bonita y delgada.
ResponderEliminarPues al final creo que no quedo exagerado con el tocado, le quedaba bien!
ResponderEliminarSí, ¿verdad? Ese era el miedo que yo tenía al haber elegido el tocado de la mariposa, pero luego, una vez puesto, no se veía tan grande. La otra diadema, hubiese quedado muy aplastada...
Eliminar¡Qué maravilla de conjunto y de vestido! Cuanto más lo veo más me gusta :)
ResponderEliminarJolines, pues me alegro un montón que pienses eso. Un abrazo.
Eliminarun vestido precioso!!! un beso cari
ResponderEliminarEres muy amable, Bei. Un beso.
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