Menos mal que ya hemos dejado atrás los fríos días de enero y nos adentramos en el mes del amor con temperaturas más altas y mañanas de sol. En febrero siempre aprovecho para estirar las prendas más invernales pero también para ir estrenando tendencias e introducir algunas notas de color en mis looks diarios.
Pese a que en mi vestidor abunden las opciones clásicas (pues me he dado cuenta de que, en esos días de bloqueo frente al armario, lo que mejor funcionan son los grandes éxitos: mi abrigo camel, botines de tacón sensato, blazers, prendas de punto...), me apetecía darme algún capricho.