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Sé que es muy pronto para empezar a pensar en los regalos del próximo amigo invisible, pero es que en la familia de mi marido existe esta vieja costumbre desde hace ya mucho tiempo y los Menéndez se lo toman muuuy en serio... Jijijiji.
Por eso, este año, como no quiero que no nos pille el toro, nos hemos puesto manos a la obra en busca del regalo perfecto para mi cuñado y mi tío político (uno le ha tocado a Víctor y otro a mí) bastante antes de la fecha indicada para la entrega y creedme cuando os digo que, en general, me resulta mucho más sencillo encontrar un detalle para las féminas de la casa.