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sábado, 14 de junio de 2025

ROJO QUE EMPODERA: una graduación que se queda en el alma


Este viernes volví a subirme a un escenario muy especial para mí: el del IES Jovellanos, donde hice mis prácticas como docente y al que siempre regreso con un cariño que no se me acaba. Esta vez, con un rol diferente pero igual de emocionante: el de maestra de ceremonias en la graduación de 4º de ESO.

Presentar este acto no fue solo un honor profesional, sino también un cierre simbólico de mi etapa en el centro. Volver a compartir espacio con profes y alumnos, vivirlo desde dentro y celebrar juntos este momento tan significativo… fue, sin duda, un auténtico regalo. Instantáneas como las que comparto aquí hablan por sí solas: de emoción, de complicidad, de ese ambiente único que solo se da cuando se celebra algo grande.

Tras el acto, nos quedamos compartiendo un pequeño ágape. Abrazos, risas, algún que otro nudo en la garganta… y muchas ganas de seguir sumando recuerdos bonitos. Acompañarles en este final de etapa ha sido un privilegio, y hacerlo como parte del equipo, un lujo que guardaré siempre en el corazón.


Para una ocasión así, volví a confiar en Yolanda y su mirada experta desde @iol.gijon. Ya me había vestido el viernes anterior para la graduación de 2º de Bachillerato, y esta vez volvió a acertar de lleno con un look que lo tenía todo: elegancia, comodidad y carácter.

Llevé un dos piezas de vestir en rojo, formado por un pantalón largo acampanado y un chaleco con escote halter, cuello camisero y botones joya. Sabéis que tengo debilidad por los chalecos —siguen marcando tendencia— y, para actos en los que represento mi papel como profesora, suelo optar por pantalón en lugar de vestido: me da libertad de movimiento y esa sobriedad con la que me siento muy cómoda. Eso sí, ya os adelanto que para la graduación de mi máster me pienso marcar un vestidazo largo como los de las pelis.

Completé el look con zapato de salón negro con adorno joya, bombonera con strass —haciendo un guiño a los botones— y coleta con rollito, práctica y elegante, como a mí me gusta. Y sí, el rojo fue una elección muy meditada. Es un color que me empodera, que llama la atención en escena, pero que, sobre todo, refleja cómo soy: apasionada, intensa y vital. Siempre le pongo el alma a lo que hago, y ese día no fue la excepción.

Gracias infinitas a Yolanda, por volver a acompañarme y vestirme con tanto mimo. En IOL Gijón no solo encuentro ropa preciosa: encuentro prendas que se sienten, que me dan seguridad y que me ayudan a brillar. Y gracias también al equipo del Jovellanos, por confiar en mí una vez más… y a los chicos y chicas de 4º por dejarme formar parte de su historia.


Las fotos que veis en este post son obra de @cabaleiro_maria, que no solo cubrió el evento con una sensibilidad inmensa, sino que ha tenido la generosidad de cedérmelas. Gracias por captar la magia del momento con tanto cariño.

El futuro ya os espera, valientes. Y yo seguiré celebrando cada paso con vosotros, aunque sea desde la grada.

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