Toda mujer tiene que tener un vestido negro que sea como una joya, que le siente fenomenal. Si estás gordita, que te haga más delgada; si ya estás delgada, que te haga más estupenda.
Llévalo con unos zapatos preciosos y medias negras o, como mucho, de color natural. No pongas mucha fantasía en las medias; reserva la distinción para los zapatos y los complementos.
Puedes combinar el vestido con un collar enorme, que están actualmente de moda, o con un broche.
El broche puede ser de bisutería, incluso como los que hace mi amiga Maricuento, a base de muñequitas llenas de color, que te dan un toque muy divertido o bien a través de flores, chupa chups o incluso, métricos; las posibilidades son infinitas...
Otra opción elegante es ponerte brazaletes grandes, dorados o plateados, preferiblemente sin reloj.
Puedes complementar el vestido negro con un chaquetita corta, ceñida al cuerpo, con manga francesa, que le da un aire retro y hace el conjunto muy distinguido a la vez que personal.
Si es invierno o hace frío, puedes llevar un abrigo con un tono fucsia, uno de piel o incluso un modelo vintage, que queda muy chic.
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