BYE BYE 30

Hoy, día 7 de noviembre, agrego un año más a mi existencia: cumplo 31, y creo que es un buen momento para hacer balance de los treinta, que ya se terminan, reflexionar sobre cómo me ha ido en estos últimos doce meses (que, por cierto, han pasado volando): lo que he vivido, conocido, disfrutado y corrido, mis logros y fracasos, mis alegrías y tristezas... (porque las situaciones se ven mejor desde la perspectiva, cuando el tiempo ya ha transcurrido) y tomar conciencia de quien soy realmente para visualizarme como la mujer que quiero llegar a ser en un futuro próximo. 

Por eso, siempre acostumbro a utilizar cíclicamente esta fecha para detenerme frente al espejo, tomarme mi tiempo y establecer mentalmente la "ruta" que quiero seguir los próximos 365 días del año en la que continuar "reconstruyéndome" para intentar ser mejor día a día, disfrutando del camino, transformando todo lo que me sucede en aprendizaje y dando gracias por lo que tengo.

Son muchas las que prefieren ocultar la fecha de su cumpleaños. Yo no puedo, ¡ni quiero! Para mi cumplir años supone gritárselo al mundo entero a los cuatro vientos, celebrar mi vida con mis familiares y amigos, y, por supuesto, con todas vosotras, queridas lectoras, que cada día compartís desde la cercanía mis reflexiones. Cumplir años, aunque sea más de treinta, es volver a la niñez durante un día; un día en el que la gente te felicita, recuerdas celebraciones especialmente divertidas o dónde estabas el año anterior ese mismo día.

Al sumar un año más a nuestra vida, también le estamos añadiendo madurez, experiencia y crecimiento y eso genera una gran satisfacción personal. Es como volver a empezar de cero, pero con la experiencia de los treinta anteriores. 

Si algo he aprendido estos años es a tener una mentalidad más abierta y positiva, a transmitir entusiasmo y alegría en lo que hago, a ser más segura de mi misma, feliz y optimista, a reconocer todas las cosas buenas que tengo, a aceptarme tal y como soy (liberándome de las expectativas de los demás sin buscar la aprobación de otros), a dar prioridad a mis sueños y a pensar que lo mejor está por venir. Todos tenemos proyectos y metas por cumplir y, pese a que pasen los años, no debemos renunciar a soñar. 

Yo busco motivos para alegrarme cada día, ¿y vosotras? 

Todas contamos con infinitos recursos y un potencial interior que, desarrollado al máximo, nos puede llevar a realizar las cosas más maravillosas que jamas nos hayamos imaginado.