
Si hay algo que todas nosotras compartimos, independientemente de nuestro ritmo de vida, es esa sensación de ir siempre a mil, encadenando obligaciones, compromisos, imprevistos y, por supuesto, ese estrés que parece instalase sin pedir permiso. Y no pasa nada por reconocerlo: el estrés forma parte de la vida. Lo importante es aprender a gestionarlo bien para que no termine afectando a nuestro bienestar.